El extrañamiento del mundo es un lugar que pensé para darse cuenta de que lo nuevo es inagotable, de que nunca se acaba. Que siempre hay algo más donde pensábamos que habíamos visto bien. Para darse cuenta de que siempre hay cosas de las que podemos darnos cuenta.
Eso es lo que espero que les pase a ustedes al leerlo, que es lo que me pasa a mí. A partir de una canción, de un comentario, de una anécdota, de una lectura o de un simple cambio en el aire me voy, me extraño a un lugar. Un lugar que no se puede explicar sino sólo vivir. Un lugar donde todo es lo mismo pero no es lo mismo, donde se te refunda la percepción. Un lugar donde puede parecer que no hay nada, pero del que yo me traigo algo, que son estas historias.

miércoles, 19 de enero de 2011

La quemazón lunar

La cascada y el golpe en un puño frente a la ola,
y en el rincón de una foto un pedazo de mar,
el mar detrás del que dijimos hola y adiós
con exactamente la misma mirada y el mismo gesto.

y la fiesta interminable no despertó a ninguno,
que no sabía si dormía o despertaba
en la larga larga noche azul
del cristal infinito del espacio.

las cuentas negras en sucesión,
estremeciéndose en la arena quemada,
como aterrorizadas por la amenaza
de que alguien se las robe en cualquier momento.

en el vaho azulado de perlas estalladas en el aire,
reventadas como ampollas de luz negra,
en la apagada soledad de la noche de playa,
veo un rostro fosforescente que me recuerda
que antes hubo un día, y que mañana también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario