El extrañamiento del mundo es un lugar que pensé para darse cuenta de que lo nuevo es inagotable, de que nunca se acaba. Que siempre hay algo más donde pensábamos que habíamos visto bien. Para darse cuenta de que siempre hay cosas de las que podemos darnos cuenta.
Eso es lo que espero que les pase a ustedes al leerlo, que es lo que me pasa a mí. A partir de una canción, de un comentario, de una anécdota, de una lectura o de un simple cambio en el aire me voy, me extraño a un lugar. Un lugar que no se puede explicar sino sólo vivir. Un lugar donde todo es lo mismo pero no es lo mismo, donde se te refunda la percepción. Un lugar donde puede parecer que no hay nada, pero del que yo me traigo algo, que son estas historias.

domingo, 30 de enero de 2011

Entrenós 2

No le digas a nadie que acá hay una fiesta.
El piso está pegoteado con alcohol dulce
y en la oscuridad no sabemos si somos muchos o pocos.

"Tomátelo todo," te dije al darte un trago,
que juro hice con mi mejor mano,
la más hábil de las dos, que reservo para todo lo que hago por vos.

Nos movemos en círculos por esta pista de cera,
dejando marcas en el suelo al pisar con fuerza,
y así nadie va a poder decir que no nos estamos divirtiendo.

De a turnos contamos chistes y anécdotas
que siempre dejamos incompletas,
interrumpiéndonos como idiotas con codazos en las costillas.

No bajes más la luz, pero tampoco la subas,
quedémonos así, en la penumbra vibrante,
jugando a no reconocernos las miradas examinadoras.

Por eso ya sabés cómo es la cosa:
esto es una fiesta, así que divertite;
pero acordate, no le digas a nadie,
o me voy a largar a llorar.

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