El extrañamiento del mundo es un lugar que pensé para darse cuenta de que lo nuevo es inagotable, de que nunca se acaba. Que siempre hay algo más donde pensábamos que habíamos visto bien. Para darse cuenta de que siempre hay cosas de las que podemos darnos cuenta.
Eso es lo que espero que les pase a ustedes al leerlo, que es lo que me pasa a mí. A partir de una canción, de un comentario, de una anécdota, de una lectura o de un simple cambio en el aire me voy, me extraño a un lugar. Un lugar que no se puede explicar sino sólo vivir. Un lugar donde todo es lo mismo pero no es lo mismo, donde se te refunda la percepción. Un lugar donde puede parecer que no hay nada, pero del que yo me traigo algo, que son estas historias.

lunes, 21 de junio de 2010

Dexter: easy to see the dark side is


Si alguien me pidiera que le recomendara algo bueno para ver en tele en este momento le diría sin dudarlo que le eche un vistazo a Dexter. No sólo por la historia y las subhistorias que se abren cada temporada, ni por las actuaciones, geniales por cierto, sino por Dexter mismo, en cuya existencia confieso que he llegado a creer. Porque para mí Dexter no es sólo un personaje. No desde el momento en que lo encontré en mí mismo.
Muchos podrán creer no sin razón que aquí y ahora se va a producir la revelación en la que le digo al mundo que soy un asesino serial o algo por el estilo, pero no, jamás maté a nadie ni experimenté un deseo irreprimible de hacerlo. Se trata de algo más simple. Lo que me fascina sobre Dexter es que es la persona que más honestamente enfrenta su lado oscuro, su dark passenger, como él lo llama. Qué quiero decir te preguntarás.
¿Acaso nunca sentiste ganas de borrar a alguien de un plumazo? ¿Nunca te regodeaste en el mal momento de alguien? ¿Nunca manipulaste? ¿Nunca engañaste? ¿Nunca heriste deliberadamente? ¿Acaso nunca hiciste algo de todo eso y al final sencillamente dijiste "sí, fui yo"?
No es precisamente nuestro costado más agradable, el que nos gusta sacar y mostrar, pero está ahí y somos nosotros. Es una potencia en nuestro interior, que te puede hacer un guiño en cualquier momento, cuando te sentís amenazado o provocado, o inclusive cuando mirás un serie en Internet. Es nuestra inveterada capacidad de causar daño, tan negada y vapuleada, pero nuestra al fin.
¿Ahora entendés de qué te estoy hablando? ¿Te es familiar? ¿No? Bueno, en ese caso deberías conocer a Dexter.