El extrañamiento del mundo es un lugar que pensé para darse cuenta de que lo nuevo es inagotable, de que nunca se acaba. Que siempre hay algo más donde pensábamos que habíamos visto bien. Para darse cuenta de que siempre hay cosas de las que podemos darnos cuenta.
Eso es lo que espero que les pase a ustedes al leerlo, que es lo que me pasa a mí. A partir de una canción, de un comentario, de una anécdota, de una lectura o de un simple cambio en el aire me voy, me extraño a un lugar. Un lugar que no se puede explicar sino sólo vivir. Un lugar donde todo es lo mismo pero no es lo mismo, donde se te refunda la percepción. Un lugar donde puede parecer que no hay nada, pero del que yo me traigo algo, que son estas historias.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Tres pequeñas epifanías

La otra tarde caí en la cuena de que no tenía porqué pagar $1,20 para viajar en el colectivo cuando en realidad me correspondía $1,10. Le puedo echar la culpa al primer colectivero que con maliciosa seguridad me había dicho que "sí, es $1,20 hasta ahí", pero la verdad es que después yo lo seguí pagando sin siquiera consultar. Hasta hace ya unos cuantos martes, cuando empecé a pagar $1,10 de nuevo.

Al entrar a esa bañera me parece que lo primero-primero que vi fue esa botella con el pico naranja. Me estaba quedando en casa ajena en otro país y, definitivamente, no era ése el shampoo que habría comprado, pero, bue, esto también es parte de la experiencia, me dije, y me embadurné el pelo con ese detergente de naranja con tanto (tanto) olor a naranja que me pareció que me estaba rompiendo caralemos en la cabeza.

No sé precisamente cuándo fue, tal vez cuando escuché "Todo cambia" por Mercedes Sosa, que me cambió tanto la visión del folclore, o cuando algún amigo me hizo escuchar algo que hasta entonces no me había llegado a los oídos, pero sé que que en algún momento pensé que no tenía porqué seguir escuchando sólo rock, o simplemente no tenía porqué seguir haciéndolo por completo. No tenía porqué quedarme ahí cuando había tantos lugares por allá que me estaban esperando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario