El extrañamiento del mundo es un lugar que pensé para darse cuenta de que lo nuevo es inagotable, de que nunca se acaba. Que siempre hay algo más donde pensábamos que habíamos visto bien. Para darse cuenta de que siempre hay cosas de las que podemos darnos cuenta.
Eso es lo que espero que les pase a ustedes al leerlo, que es lo que me pasa a mí. A partir de una canción, de un comentario, de una anécdota, de una lectura o de un simple cambio en el aire me voy, me extraño a un lugar. Un lugar que no se puede explicar sino sólo vivir. Un lugar donde todo es lo mismo pero no es lo mismo, donde se te refunda la percepción. Un lugar donde puede parecer que no hay nada, pero del que yo me traigo algo, que son estas historias.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Koyaanisqatsi


El koyaanisqatsi es una compleja noción filosófica de los hopis, unos habitantes de la Meseta Central de los EEUU, que en lo espeso de su sentido significa "la vida frenética, la vida del desenfreno, fuera de cualquier balance, desintegrándose; un estado de la vida que requiere un cambio de vida". Además, Koyaanisqatsi es a su vez el nombre de una película de Ron Fricke, acompañada por la imposiblemente más perfecta música de Philip Glass, que la compuso especialmente para el film.
En los 87 minutos que dura no hay ni actores, ni diálogos y ni siquiera una narración que guíe la interpretación de lo que es una sucesión de imágenes con la constante sonoridad de Glass de fondo. Cuando me dijeron que esto era básicamente la película pensé con escepticismo que no iba a tolerarla más allá del minuto 20, pero finalmente no pude quitar la vista del monitor ni dejar de hacer comentarios alucinados hasta que la pantalla se puso negra y apareció la palabra koyaanisqatsi con las correspondientes definiciones de su significado.
Lo que se ve es un recorrido de lo que es la naturaleza no intervenida y cómo la progresiva acción del hombre la fue modificando hasta las contundentes imágenes de la ciudad moderna y su alboroto y su movimiento y su violencia sin fin, concluyendo con la agonía de un cohete que explota en el aire y que, para la percepción ya hiperestimulada del espectador, no deja de caer.
Si bien la película está muy abierta a una variedad de interpretaciones da la impresión de que hay un mensaje clave que pone en primer plano: que hay algo muy equivocado en el curso que le hemos dado a las cosas, que hemos perdido el equilibrio y que si no lo alteramos nos espera algo peor.
A mí me basta con pasar apenas unos minutos con mis alumnos para darme cuenta de lo difícil que es aunar voluntades para movernos hacia un beneficio común, y cuando lo pienso en una escala mayor sencillamente me pierdo en la sobredimensión que toma el asunto. Pero creo que hay algo muy valioso en la película, que, más allá de regalarte 87 minutos de singular belleza, son todos los otros minutos de la cruda sensación de vulnerabilidad que te deja, y que nos fuerza a ver todo el koyaanisqatsi a nuestro alrededor nuestro y en nosotros mismos para intentar cambiarlo.

2 comentarios:

  1. 1. Quiero ver esa película
    2. Creo que la cumbre sobre el cambio climático y todo lo que sucedió a su alrededor muestra que algunos intentan cambiarlo
    3. "que hay algo muy equivocado en el curso que le hemos dado a las cosas, que hemos perdido el equilibrio y que si no lo alteramos nos espera algo peor.": para seguir con las películas: "2012" (no la vi aún, me da pánico)

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  2. Koyaanisqatsi es genial, me provoca multiples orgasmos. Godfrey Regio nos muestra el mundo en el que vivimos y podemos ver el principio y el fin en el paisaje. Como el humano pone lineas rectas en una naturaleza de curvas y lo llena de edificios como soldados imponiendose.
    Nos muetra las variedad de la humanidad y que es imposible saber en que piensa cada uno. Vivimos la vida demasiado en primera persona pero no somos mas que hormigas.
    En esa pelicula pude ver como el ser humano invade, construye y destruye por aburrimiento y llena el mundo de caos, pero un caos muy bello.

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